domingo, 29 de enero de 2012

LA DANZA DE ALMARAZ DE DUERO (ZAMORA)


Almaraz de Duero es un pueblo de unos 420 habitantes situado en las estribaciones occidentales de la zamorana Tierra del Pan, formando junto con los vecinos pueblos de Muelas del Pan y Villaseco una pequeña meseta que asoma a los Arribes del Duero y del Esla y a las comarcas de Alba y Sayago, cuya cercanía semanifiesta en varios de los aspectos culturales de estas poblaciones.
La provincia de Zamora fue antaño no solo rica en bailes sino también en danzas como los paloteos y, esta zona de la provincia ha mantenido sendas danzas hasta nuestros días: Almaraz y Muelas.
La danza de palos de Almaraz se encuentra históricamente ligada a la festividad del Corpus, como muchas otras. Aparece documentada anualmente desde comienzos del siglo XVIII en los libros de la Cofradía del Santísimo del pueblo, como gastos propios de la función. Se mantiene hasta mediados del XX, echándose las últimas danzas en los años 30 y 40. Sobretodo hasta comienzos del XX gozó de gran salud y se echaba también con motivo de la fiesta patronal de San Pelayo, buena muestra de ello nos da la letra de un lazo: “En el pueblo de Almaraz dos danzas se han preparado, una para el día el Corpus y otra para San Pelayo, los turuntunes han dicho que la suya es la mejor, de que lo supo Casiano luego dijo que no no
La danza consta de un total de unos 40 lazos que se bailan en público al son de la flauta y el tamboril. Entre el repertorio algunos tan conocidos como el Señor Mío Jesucristo, la Verde Retama o el Mambrú y otros más locales como La Rueda, el Pepe Sí o lazos de temas locales. Es bailada por ocho danzantes, antiguamente hombres, siendo guías los danzantes de los extremos y panzas los del interior. La bicha es el lazo o baile que se ejecuta a modo de pasacalles camino de la iglesia en cuyo interior se baila el Señor Mío Jesucristo en el momento de las ofrendas. No consta de un noveno personaje, conocido en otras zonas como birria, zangarrón etc., aunque no se excluye la posibilidad de que sí existiera hasta el siglo XIX.
La indumentaria tradicional de los danzantes son pantalones de paño fino o terciopelo ricamente decorados con lentejuelas de huevecillo de oro y talcos, agremanes, picados y puntillas. La camisa era de tela estampada profusamente decorada con cintas de variados colores y agremanes. Las medias y las zapatillas blancas, estas últimas adornadas con borlas y picados. A la cintura un pañuelo merino, de Manila o del ramo y, cruzadas al pecho, dos bandas de seda, de las conocidas como colonias. También un sombrero de grandes dimensiones hecho a base de flores y algunos otros adornos. Los palos son de espino seco de un año, de unos 45 cm de longitud.
La danza fue recuperada puntualmente en el año 84 y en la actualidad hay un grupo joven unos 15 danzantes en el pueblo que la han recuperado y la bailan desde 2009.

Colaboración de la Danza de Almaraz de Duero

martes, 17 de enero de 2012

CUANDO MÁS HIELA...SAN FRUCTUOSO EN VALORIA

Las casas de Valoria del Alcor en el extremo suroeste de Palencia, (conocido en la comarca por Valorica, nombre cariñoso para distinguirla de Valoria la Buena, ya en la provincia de Valladolid, con más rango y porte), se arremolinan alrededor de la pequeña iglesia románica de San Fructuoso, una de las joyas del románico sur de la provincia. El próximo sábado, 21 de enero, celebra la localidad a San Fructuoso, uno de los primeros mártires del cristianismo. El santo fue Obispo de Tarragona, la Tarraco hispana, y fue martirizado ardiendo en el fuego del anfiteatro junto con sus diácono Augurio y Eulogio. San Fructuoso es el titular de la iglesia de Valoria del Alcor, piedras cansadas de mirar al horizonte de la Tierra de Campos desde el siglo X. Fue Valoria un pueblo con mucha danza al santo. Todavía se recuerdan las nevadas que acompañaban a la imagen en procesión alrededor de la iglesia, a ritmo de danza al punteado, donde el juego de rodillas y el punteo no cansaban a los buenos mozos aún con un frío intenso propio del mes de enero. La pérdida de población y el desinterés se llevó la municipalidad durante los primeros años de la década de los 70 y también la danza que se olvidó por completo. Pero este santo de enero no era el único al que los mozos y viejos danzaban. Un impresionante Cristo del Amparo y San Isidro eran acompañados con la danza implorando la lluvia en las pertinaces sequías primaverales, sacados en rogativa entre los sedientos cereales. Ojála, algún día, la danza vuelva a acompañar y a honrar a este mártir cristiano que dio título y devoción a estas tierras de páramo y llano.


viernes, 13 de enero de 2012

TOLEDO, GRANADA...

Sevilla, Madrid,
Támara de Campos
y Valladolid.

Así reza la letrilla de uno de los lazos de la cuadrilla de danzantes de la histórica Támara de Campos (Palencia), sin duda, una de las mejor conservadas de la comarca. La danza de esta localidad terracampina está vinculada a las fiestas de la patrona, Nuestra Señora de Rombrada, que cada 3 de mayo se devuelve a su ermita a las afueras del pueblo acompañada de "la contradanza" por los danzantes y el chivorra, después de un novenario en la soberbia iglesia de San Hipólito. El repertorio de la danza de Támara se completa con el pasacalles de danzantes, el baile de cintas y un puñado de lazos. Los danzantes lucen un interesante atuendo, con doble enagüilla blanca muy almidonada cubierta por "el tonelete" o sobrefaldilla de algodón estampada en tonos pálidos. Un calzón o "braguilla" de color, bandas y pañuelo coronil complementan el peculiar y colorido traje tamareño. El chivorra, con traje de casaca de colores y gorro a modo de mitra, enarbolando una vara con una castañuela dirige la danza.

jueves, 5 de enero de 2012

BRINDAR LOS LAZOS

Cuenta Ascensión del Valle Torres, ampudiana de pro, en su interesante libro AMPUDIA (TRADICIÓN E HISTORIA), como existía la costumbre de "brindar" los lazos de paloteo, dedicándolos a las autoridades que por algún motivo, visitaban la Villa. Para brindar los lazos uno de los danzantes colocaba una de las cintas de colores, usadas de brazaletes, en el cuello del agasajado con una lazada. A cambio se obsequiaba a los danzantes con una buena propina, respondiendo con vivas el detalle hacia la cuadrilla. Esta costumbre aparece documentada también en otras cuadrillas de danzantes de la comarca como es el caso de Autilla del Pino o Villamartín de Campos. En ocasiones lo que se ofrecía era la danza, costumbre que ha pervivido muy viva hasta hace unas décadas en la provincia de Segovia. El agasajo con danzas a las autoridades o forasteros que visitan una localidad, como orgullo de lo patrio, ha sido una constante desde antiguo en todas las localidades donde se han mantenido este tipo de danzas, ofreciendo lo mejor de la tradición a tan ilustres visitantes. Desgraciadamente, el poco apego por lo nuestro ha hecho que esta costumbre cayera en desuso. No ha ocurrido lo mismo en el País Vasco donde cualquier acontecimiento va precedido por el agasajo con su danza "el aurresku" acompañado por el txistu y el tamboril, cuyo origen tiene mucho en común con nuestras danzas y el brindis de éstas como ofrecimiento a los visitantes y autoridades.