La cabeza de los danzantes suele ir tocada o bien con un pañuelo coronil (que en el caso de Ampudia pervive doblado sobre el pecho), o bien con sombreros a la moda de distintos siglos cuajados de plumas y flores (es el caso de la danza de Cisneros en Tierra de Campos) o bien con una corona o mitra de flores que ha pervivido en numerosas cuadrillas. En la Tierra de Campos la desaparecida cuadrilla de Villacarralón (en Valladolid) y la de Frómista (en Palencia) cuajaron las sienes con este tipo de tocados, que daban empaque y carácter a estas danzas rituales. Ejemplos hay en todas las provincias donde perviven las danzas rituales (entre ellos por citar algunas, han mantenido las coronas las Cuadrillas de Danzantes de Almaraz de Duero y Tábara (Zamora), Valleruela de Pedraza (Segovia), los danzantes de la Virgen de los Reyes de la Isla de El Hierro o los danzantes de la Virgen de la Salud de Fregenal de la Sierra en Badajoz). Os dejo con unas imágenes de la danza de Majalrayo (Guadalajara) en la cabecera y con los danzantes de Fuentelcésped (en la Ribera del Duero burgalesa) y la danza de Belinchón (Cuenca) debajo de estas líneas. Os adjunto también una imagen de los spadonari de Giaglione, en el Piamonte italiano, que recuerdan
mucho a los danzantes españoles y que llevan parecidos tocados de flores (por cortesía de Amaya Medina).
