jueves, 2 de mayo de 2013

LA DESAPARECIDA FIESTA DE LA CRUZ DE MAYO

El día 3 de mayo celebraba la Iglesia la Invención de la Santa Cruz, recordando el momento en que Santa Elena descubre la cruz donde murió Jesús. La devoción a la Santa Cruz fue especialmente importante en el mundo rural, donde además de la Cruz de Mayo se celebraba la Cruz de Septiembre (el día 14 de este mes dedicado a la Exaltación de la Santa Cruz). La Cruz de Mayo entroncaba con las fiestas de primavera o de pingada del mayo, a principios del mes, como cultos antiguos a la naturaleza. Son muchos los estudiosos que ven en el trenzado del árbol de los danzantes una vinculación directa a estas fiestas o rituales de la naturaleza. No en vano a esta Cruz de Mayo, se la conocía en muchos lugares como "La Cruz Verde" (todavía existe la plaza donde se hacían las fiestas en Valladolid) pues estos elementos, la cruz y los mayos se entremezclaban en estas fiestas de primavera. Lo cierto es que en Ampudia la fiesta de la Cruz tuvo cierta importancia, vinculada a una de las reliquias más importantes de la Colegiata de Ampudia: el Lignum Crucis. Esta reliquia traída en el traslado de la Colegiata de Husillos, ha sido ampliamente estudiada por PEÑA (2009) en el primer número de la revista La Corredera de Ampudia. Gracias a él sabemos que el relicario que la sustenta fue encargado en 1612, pudiéndolo admirar hoy en día en el Museo de Arte Sacro. Esta reliquia estuvo depositada en la Ermita de Santiago (antiguamente parroquia de cierta entidad) siendo expuesta al culto el Viernes Santo y el día de la Cruz de Mayo. También sabemos por los datos históricos aportados por PEÑA (2011) que la Cofradía de la Cruz, a finales del siglo XVII paga las danzas el día de la Cruz de Mayo, contratando también al tamboritero por una cántara de vino y regalando una camisa en pago "al mozo que hace la galleta". También era común que esta Cofradía de la Cruz alquilara libreas para sus danzantes con el fin de dar mayor ornamento a las fiestas de su titular. Por último recordar que la importancia de esta fuerte devoción a la Santa Cruz se materializó en la conocida Ermita de la Cruz, edificio del siglo XVII, que dejó de dedicarse al culto a finales de los años 50 del siglo XX y que actualmente alberga la Casa Consistorial (en la foto superior). En los últimos años de esa década, todavía pervivía la costumbre de procesionar "La Cruz Bendita", una preciosa cruz calada que todavía se puede ver en el Museo de Arte Sacro, que saliendo desde su ermita recorría el Atrio de San Miguel en procesión cuajada de florecillas de papel de colores elaboradas por las niñas, a los sones de: "Venid Oh cristianos, la cruz adoremos, la cruz ensalcemos, que al mundo salvó..." (Ascen del Valle, 2013). Desgraciadamente de todo el ritual festivo que existió alrededor de esta singular fiesta ampudiana no se ha mantenido nada en nuestros días.