La festividad de San Antón Abad, dentro del ciclo festivo de invierno, el 17 de enero, es una de las más singulares del celebrado primer mes del año (con festividades tan señaladas como el Día del Niño, Los Reyes, San Antón o San Sebastián). El Santo muy vinculado a las labores agrícolas es el patrón de los animales de herradura y era celebrado con las tradicionales "vueltas" y luminarias, antiguos ritos purificadores y protectores que tenían a estos animales como protagonistas principales, en sociedades eminentemente agrarias. La devoción al ermitaño egipcio fue muy difundida en tiempos en toda la Tierra de Campos y aún se conserva el rito, más o menos desdibujado, en pueblos como Castromocho, Fuentes de Nava o Autilla del Pino. En este último perduró hasta la guerra civil la tradición de engordar "el cerdo de San Antón" por toda la comunidad, que luego era subastado el día de la fiesta. Os dejo con la impagable descripción que de la perdida fiesta ampudiana hace Ascen del Valle Torres (en Ampudianos por el Mundo, Grupo de Facebook):
RECORDANDO: Cada 17 de enero fiesta de San Antón, obreros y labradores engalanaban caballos, mulas y borriquillos para llevarles a bendecir... Esta bendición de animales se hacia en la plaza (tal como se aprecia en la foto)... Después, se daba tres vueltas por la calle Corredera, doña Josefa y Ontiveros... El suelo estaba muy "resbaladizo" por las grandes heladas que caían... No obstante, las caballerías se mantenían erguidas... Se completaba el acto, ante la hornacina de San Antón con su marranillo, que en principio estuvo en el lugar en que se encuentra el Mesón, por estar ahí el edificio del Ayuntamiento... Cuando éste desapareció, se le colocó al Santo en el lugar que ocupa actualmente, es decir en la fachada de la casa de la señora Juana y el señor Bernardino... Allí se recitaban Refranes en su honor, algunos tan sencillos y poco comprometidos como:
¡Oh glorioso San Antón,
vecino del tió Quililla (o Polilla),
cuando mates el marrano,
me darás una morcilla!
¡Oh glorioso San Antón,
hoy te lo vengo a contar
que me busques una novia
que yo me quiero casar.
Otros de contenido mas ofensivo y crítico, tenían que pasar la censura siendo presentados al Alcalde si hacían alusión al comportamiento de algunas personas durante el año... Tiempo hubo en que según contaban nuestros mayores, intervino la Guardia Civil llegando a "cuadrarse" ante la testarudez de los mozos por pronunciar sus refranes a pesar de tenerlo prohibido la Autoridad... La fiesta concluía por la tarde con una "Corrida de Gallos"... En la calle Ontiveros, de soportal a soportal y de balcón a balcón, se los colgaba vivos de una cuerda y los participantes, pasaban veloces con sus mulas y caballos arrancándoles el plumaje y haciéndose con el preciado trofeo.
¡Oh glorioso San Antón,
vecino del tió Quililla (o Polilla),
cuando mates el marrano,
me darás una morcilla!
¡Oh glorioso San Antón,
hoy te lo vengo a contar
que me busques una novia
que yo me quiero casar.
Otros de contenido mas ofensivo y crítico, tenían que pasar la censura siendo presentados al Alcalde si hacían alusión al comportamiento de algunas personas durante el año... Tiempo hubo en que según contaban nuestros mayores, intervino la Guardia Civil llegando a "cuadrarse" ante la testarudez de los mozos por pronunciar sus refranes a pesar de tenerlo prohibido la Autoridad... La fiesta concluía por la tarde con una "Corrida de Gallos"... En la calle Ontiveros, de soportal a soportal y de balcón a balcón, se los colgaba vivos de una cuerda y los participantes, pasaban veloces con sus mulas y caballos arrancándoles el plumaje y haciéndose con el preciado trofeo.
San Antón, (Antonio,Abad) nació en Egipto hacia el siglo III. Su familia eran campesinos acaudalados aunque él se fué al desierto y vivió como monje.Se le venera en las Iglesias Católicas, Ortodoxas y en las antiguas Orientales. Se le representa con barba poblada, el cayado y en su mano izquierda el Libro de las Sagradas Escrituras hacia donde dirige su mirada. A sus pies, un cochinillo. Además de las caballerías, es Patrono de los carniceros, tejedores de cestas, fabricantes de brochas y pinceles y de los animales domésticos. La Cofradía de San Antón ampudiana se extinguió hace catorce-quince años. Desde entonces, un cofrade (Manuel) el día 17, colocaba en su memoria, dos cirios a los pies del Santo. Para que no se rompa la tradición, ahora, lo hace una vecina de San Antón. En el Templo Parroquial, se conserva otra Imagen del glorioso San Antón.
En la década de los 40, en plan de broma, los mozos "robaron" el cochinillo a San Antón. Pasaban días y no aparecía. El Alcalde y la Guardia Civil hablaron con los mozos pero nadie abría la boca. Al ver que no se resolvía la situación, el Alcalde sancionó a los chicos diciéndoles que ese año "No habría Quintas", es decir, que les prohibía celebrar la Fiesta de los Quintos con todo lo que suponía para ellos. Y como era demasiado renunciar a 3 días de juerga con su baile, mozas, hoguera, meriendas, comidas, cenas, acompañantes, salida por las calles a pedir huevos y chorizo. Pronto apareció el marranillo, a quienes los "ladrones" colocaron en su sitio muy de madrugada para no ser delatados. Y ahí está desde entonces, acompañando al Santo.